22 febrero 2013

Microhistorias: La leyenda de la informática, humanizada.

Descubrí el libro de “Microhistorias: anécdotas y curiosidades de la Informática”, escrito por Rafael Troncoso y Francisco José Ramírez, de la mano de mi buen amigo Alejandro Ramos. Sabedor de mi creciente interés por la Informática y cansado de responder a mis continuas preguntas sobre los personajes que han contribuido a forjar su Historia, me dijo: "tengo un libro para ti. Acaba de salir y es muy bueno. Además, es de los que te gustan: lleno de datos que poder recordar y repetir a la menor ocasión". ¡Y vaya si me conoce!


Efectivamente, el libro está repleto de información, pero no dispuesta de cualquier manera, sino ordenada de forma cronológica para ofrecernos una vista panorámica de la Historia de la Informática, desde sus orígenes hasta la más inmediata actualidad. A lo largo de sus páginas, conocemos los acontecimientos y a las personas que han cambiado nuestras vidas de un modo que aún hoy sorprende descubrir. Precisamente por la velocidad y profundidad de estos cambios es fácil perder la perspectiva. Los episodios y sus actores se superponen y los árboles no dejan ver el bosque. Para evitar extraviarnos por el camino, no hay mejor guía ni brújula más precisa que estas “Microhistorias”.

A pesar de lo anterior, no pretende ser un tratado de Historia, sino, como su propio título indica, una colección de anécdotas y curiosidades, lo que podría definirse como la intrahistoria de la Informática, tan importante como sus grandes hitos, pues ayuda a humanizar a las personas y a desmitificar sus logros, a la par que a valorarlos mejor y situarlos en su exacto contexto. Así, podemos relacionar los grandes capítulos de la Historia reciente con los avances informáticos y analizar como éstos han influido de un modo determinante en aquéllos. Si en épocas pretéritas la Historia se escribía en el campo de batalla, la presente se está redactando utilizando las creaciones de los héroes que protagonizan las páginas de “Microhistorias”.

Es una gozada leer que mientras Alan Turing ayudaba a los Aliados a ganar la guerra descifrando la máquina Enigma de los nazis, se trasladaba por Bletchley Park en una bicicleta a la que se le salía la cadena a intervalos regulares. Para quien haya leído el “Criptonomicón” de Neal Stephenson, esa imagen le resultará  evocadora. Otros capítulos son igualmente fantásticos: la broma telefónica de John Draper, alias Capitán Crunch, al presidente Nixon; las reuniones del Homebrew Computer Club; la construcción del Apple I por Steve Wozniak, la maniobra de Steve Jobs para hacerse con las innovaciones de Xerox para su Macintosh; la réplica de Bill Gates cuando el anterior le acusó de robar su tecnología; la odisea de Kevin Mitnick para escapar de las autoridades; la amistad entre los dos creadores de Google… Hasta ahora, era imposible encontrar todos estos episodios reunidos en un solo volumen.

La lectura resulta ágil y sencilla, fácil de seguir para un neófito como yo. Ayuda mucho que la extensión de los capítulos no se explaye más allá de las seis páginas en ningún caso, lo que puede saber a poco para según qué historias. Pero esto no es inconveniente, porque los autores han aportado enlaces y bibliografía al final de cada capítulo en atención a quienes quieran profundizar en alguno de los temas esbozados. Así, el libro puede leerse una y otra vez, de principio a fin para adquirir una visión de conjunto, o eligiendo un capítulo, al azar o por interés, para exprimirlo a fondo con ayuda de los enlaces y los libros referenciados, lo cual constituye su mayor virtud: es un libro que puede dejarse en la mesilla de noche durante mucho tiempo.

En definitiva, esta pequeña joya me ha enseñado mucho sobre los protagonistas de una historia que a día de hoy se está escribiendo; me ha conducido a través del tiempo para compartir sus grandes éxitos, que son los de todos nosotros, pero también sus inquietudes, sus preocupaciones y sus miserias. Al retratarlos mediante la narración de anécdotas y curiosidades, los autores han conseguido mostrarlos como lo que son, personas extraordinarias que vivieron y viven tiempos extraordinarios, pero personas al fin y al cabo, y cuyo mayor acierto fue ver que el mundo iba a cambiar y propiciar ese cambio. Llegar a la última página es desear volver a la primera, para revivir una vez más estas apasionantes “Microhistorias”.

Rodrigo Yepes